Estallan nuevos combates a pesar de los Acuerdos de Paz de Kuala Lumpur negociados por Donald Trump

Singapur: Apenas quince días después de que los líderes de Camboya y Tailandia firmaran los llamados Acuerdos de Paz de Kuala Lumpur en presencia del presidente estadounidense Donald Trump, nuevos combates en el punto en disputa se han vuelto mortales.

El primer ministro camboyano, Hun Manet, uno de los firmantes del renovado acuerdo de paz, dijo que un ciudadano camboyano había muerto y otros tres habían resultado heridos en “un uso no provocado de la violencia por parte de Tailandia” el miércoles por la tarde en la provincia de Banteay Meanchey.

El presidente estadounidense Donald Trump (derecha) con el líder camboyano Hun Manet (estrechando la mano) y el primer ministro tailandés Anutin Charnvirakul en Kuala Lumpur, Malasia.Crédito: Imágenes falsas

Tailandia acusó a los soldados camboyanos de disparar primero contra la vecina provincia tailandesa de Sa Kaeo y de proporcionar una versión “completamente falsa”.

Las acusaciones se producen después de que Tailandia culpara esta semana a las fuerzas camboyanas de colocar minas terrestres que habían herido a varios de sus soldados.

Ese incidente, el lunes, llevó al primer ministro tailandés, Anutin Charnvirakul, a declarar una pausa en los acuerdos de Kuala Lumpur mediados por Trump y el primer ministro malayo, Anwar Ibrahim, en la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático celebrada en Kuala Lumpur a finales del mes pasado.

Cargando

Trump había hecho el viaje a Malasia en gran parte para presidir la firma y reforzar sus credenciales de pacificación como parte de su campaña para ganar el Premio Nobel de la Paz el próximo año.

“No necesito hacerlo, supongo. Pero si puedo tomarme el tiempo para salvar millones de vidas… no puedo pensar en nada mejor que hacer”, dijo Trump en la firma de la paz, mientras elogiaba tanto a Manet como a Anutin como hombres grandes y trascendentales.

Pero los acuerdos nunca fueron tan sólidos como Trump pretendía. Si bien Camboya, la parte más débil, los aceptó públicamente, Tailandia fue más tarde más prudente y señaló que el acuerdo era un punto de partida y no un final.

noah-bennett